El Fin

El viejo escritor tuvo la sensación de que se aproximaba la hora de su muerte. Vivía en Noruega , en una cabaña de bajo techo, con todas sus paredes forradas de libros, en las cercanías de Lillehammer, junto a la ladera de una montaña.
Próxima a la ventana que daba al valle había una mesa con papeles, periódicos, libros de versos, tinteros, plumas, velas y mas libros amontonados sin orden.
Una tarde, al ponerse el sol, el escritor se levantó de la cama y fue a sentarse a la mesa. Contempló el plácido valle con su lago en lejanía, recordó cómo había vivido allí tranquilamente muchos años y pensó en cuántos libros había escrito y en que muy pronto todo habría terminado.
Miro ha Odin y pensó que pronto también todo habría terminado para el , Odin se levanto ronroneando para echarse plácidamente a los pies de su compañero. Se quedo pensativo mientras una bandada de cisnes levantaba majestuosamente el vuelo dejando tras de si una estela mágica que coloreaba las aguas del lago, el lago de la vida esa vida que le había estado acompañando durante mucho tiempo y que ahora parecía haberse decidido a separarse de el para siempre. Se levanto y con paso seguro se acerco a la cama, rebusco entre el desorden y cogió un pequeño libro que había encima de su mesilla . Se coloco sus anteojos de hierro mientras caía pesadamente en su sillón , cogió la pluma y escribió:
" Era una fría mañana de otoño los arboles dejaban caer sus hojas cubriendo el suelo con un manto verde pardusco. Iba camino del pueblo pues tenía que terminar unos negocios, acababa de vender la librería a un amigo mío y tenía que recoger algunas cosas, yo n0 sabía que ese día sería mi ultimo día en el pueblo, mi separación de la civilización y mi unión al mundo natural.
Caminaba tranquilamente entre las piedras del camino, el suave cantar de los pajarillos alegraa mi caminar y me hacia sentirme seguro.
De repente escuche unos gemidos quejumbrosos de entre la maleza, me acerque y vi a un lobo enredado en una mata de zarzas trate de ayudarle pero no pude, estaba demasiado liado como para sacarle así que continúe el camino. Al cabo de un rato oí unos ladridos, gire la cabeza y vi al lobo que corría hacía mi, me acerque para acariciarle y vi que le faltaba un ojo.
Decidí llevármelo conmigo, me había caído simpático y pensé que podría acompañarme en mis últimos días. En el pueblo termine rápido los negocios, mi amigo era muy listo y sabría llevar la librería mejor que yo me despedí de el con la esperanza de verlo algún día. Hice unas compras, las ultimas que habría de hacer y me marche . A la vuelta a casa encontré la ventana entreabierta y una nota en la mesa que decía "no me des las gracias, cumplo con mi deber" entonces me di cuenta que habían sido los gnomos del bosque quienes salvaron a mi nuevo amigo".
Después metió la hoja en un libro marrón titulado: "Historias y anécdotas de gnomos" ese libro contenía todas sus experiencias vividas con los gnomos , además de lo que otros le habían contado . El lo había pensado como un libro interminable que continuarían generación tras generación.
Apoyo su cabeza contra el respaldo de la butaca mientras encendía su pipa de madera, echando suaves bocanadas de humo por la boca se dedico a contemplar el atardecer. el sol se escondía entre las montañas iluminando las aguas con unos destellos rojos y amarillentos que hacían aun mas espectacular el paisaje las ráfagas de viento levantaban las hojas del suelo creando un torbellino verde , rojo , naranja , amarillo, marrón que giraba ante sus ojos como aquel tiovivo del parque Tivoli que vio cuando fue a Copenhague.
El no había viajado mucho conocía Estocolmo, Copenhague y su Oslo natal una vez de joven visito Laponia y el cabo del norte pero aparte de eso no había viajado mucho, pensó que le hubiera gustado conocer las grandes ciudades y ver América pero ahora era ya demasiado tarde. Estaba empezando a nevar, los copos de nieve caían graciosamente haciéndole cosquillas al suelo, se levanto cogió su abrigo de piel y su gran bastón de madera de roble. Llamó a Odin este acudió corriendo, apago la luz y cerro la puerta tras de si.
Todas las tardes daba un paseo por entre los bosques y por cerca del lago para levantar el animo y con la esperanza de ver a algún gnomo si tenia suerte veía algún corzo y rara vez se encontraba un oso. El siempre pensaba en que pasaría con el cuando estuviese muerto si su cuerpo se pudriría dentro de la casa , y vendrían los lobos en busca de la carroña. Pero el bosque y los seres pequeñitos que vivían en el eran los únicos con suficiente corazón como para acordarse de un pobre viejo en el crudo invierno.
Ya se acordaran de mi los gnomos pensó, llamo a Odin, era hora de regresar a casa de irse y no volver para siempre.

"Descansa,
olvida, duerme
no pienses,
no sientas,
no sueñes,
descansa,
! llego la muerte !"
Tom Vaasgard.

El viejo escritor levanto la cabeza y contemplo la gran montaña, se encontraba delante del monte Galdopigen aquel legendario pico estaba allí desde el principio de los mundos y seguiría allí hasta el Ragnarok.
La montaña semejaba a un gigante que vigila el camino y que te puede pisar en cualquier momento, contemplo el bosque, su amada taiga que se vestía de colores verde parduzcos en primavera para que luego la desnudase el crudo invierno.
Se adentro en el bosque con paso ligero por una senda cubierta de hojas caídas ,el camino estaba al amparo de la sombra de los arboles pero creando como una inmensa galería que te resguarda del exterior.
Después de llevar un buen rato andando vio a lo lejos una casa en medió del camino construida al pie de un árbol, se parecía a las casas de los gnomos aunque no estuviese bajo tierra.
Pico tres veces a la puerta y al poco rato se abrió esta lentamente y asomo la cabeza una viejecita de aspecto alegre pero ya cansado debido al paso de los años, le invito a pasar el tomo asiento estaba muy cansado. Saco una pluma y tintero, preparo su cuadernillo y después encendió su pipa de madera.
Ella le empezó a relatar la misteriosa historia con voz suave, lenta un poco apagada pero muy clara:
"Tenía yo trece años cuando lo acontecido era una fría mañana de otoño el viento estaba mas fiero que nunca yo había salido al bosque a coger setas pero me había perdido y no sabía como volver a casa así que me senté a la sombra de un árbol para resguardarme del frió y del viento.
Pasaron las horas hasta que se hizo de día abrí los ojos y vi que me encontraba en el linde del bosque eche a correr hacía mi casa , mis padres estaban muy preocupados.
Al entrar en mi cuarto lo vi estaba allí sentado, era una menuda persona con gorro rojo y una barba muy poblada, yo no salía de mi asombro me dijo- ten mas cuidado muchachilla la próxima vez no seré yo quien te coja- fui corriendo a contárselo a mi mama pero cuando volví ya se había ido"

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