El mundo de la luz y el mundo de la oscuridad

(6 de julio de 2005, Villarigan, Asturias)

Soy Caronte el barquero,
vendo pasajes para el mundo de la oscuridad
pero no vendo la felicidad eterna.
Tengo un paraguas rojo
que me permite viajar del mundo de la luz
al mundo de la oscuridad.
Tengo el mundo entero abierto ante mis ojos
la busco mientras me vuelvo loco.
Espero a que su cara se vuelva de nuevo a iluminar
pero no puedo detener el tiempo
y hacer que todo sea como antes,
poder enamorarme por momentos
y rozar con labios naranjas lo peligroso.

Con el alegre gondolero,
con Cassady, el sudaca traicionero
y con todos los demás
pienso dejar mis miedos
en el vaso de la sinceridad.

Con el dios del mundo de la luz
voy a empaparme de colores
y hablar con las paredes,
jugar a soñar que estoy despierto
y no me importa desfasar.

Somos habitantes de la luz,
pero si me buscas no me encuentres
estoy perdido en el mundo de la oscuridad.
Lejos de la luz de las farolas
aquí controlo los interruptores,
lejos del sonido de las manos pegajosas dentro de las copas.
Pero no puedo apagar el calor que me aprisiona
en el tercer nivel de la felicidad.

De repente alguien me cuenta
que ha oído que alguien ha visto
a un amigo pisando una lámpara
o perdido en un vaso de aceite,
enredado en la escalera
o intentando dejar su foto
pegada para siempre en el espejo.

Dime porque os puedo hablar
sin tener que deciros nada,
dime porque me dejo aprisionar
en un colchón de agua.
Navegando entre las sabanas
se que no podré dormir
hasta que no firmemos la paz.
Busca en el cuarto cajón de la derecha
y después no te olvides de tirar de la cadena.